Los casi 500 km restantes resultan más llevaderos porque no llueve y no hay tanto tráfico como ayer. Paramos en Hope, para comer en un Diner, con sofás de escay[1] en azul clarito y rosa palo, que debe llevar así toda la vida, pero claro aquí toda la vida son más o menos 100 años. La comida como en casi todos los sitios buenísima y esas cosas que nos gustan tanto como que nos rellenen la cocacola y el café GRATIS, y mirar lo que comen los autóctonos que se ponen como el tenazas y siempre dejan lo verde
Tras el fiasco de visitar el pueblo de Yale que prometía ser un lugar tradicional de la época de los primeros buscadores de oro, de lo cual solo queda una tienda de ultramarinos que parece un escenario de Portaventura pero nada más, tras este fiasco como decía acometemos la última etapa del viaje a Vancouver.
Nos aproximamos al centro por la ruta que parece más directa y nos encontramos con una calle, East Hastings llena de politoxicómanos y mendigos o al menos eso parece. Vagan por la calle con carritos o andadores que suponemos les da la equivalente a la Seguridad Social, porque es una imagen bastante recurrente. Son una mezcla de los auténticos zombies de walking dead, y de Thriller que avanzan por la calle arrastrando los pies, cojos, desaliñados y acechantes, aunque enseguida nos familiarizamos con su presencia, te piden monedas y si no tienes te dan los buenos días y punto, no te molestan más. Aunque si es cierto que su hábitat natural la calle Hastings los hay que llegan hasta el centro y las calles más turísticas haciendo gala de diferentes habilidades para ganarse unos centavos: tocar como unas cucharas, como Cañita Brava, hacer flexiones en plena calle, disfrazarse de formas imposibles, músicos, skaters a todos los niveles…Pero lo peor o lo mejor es que la gente que parece normal esta también como una paraguaya. La moda es algo extraño para ellos, si hubiésemos probado a ponernos ropa a mala ostia no logramos llegarles ni a la suela de los zapatos a algunos. Nuestro pasatiempo favorito no es ir a bares como es costumbre sino sentarnos en la calle y ver pasar gente. Una ciudad muy ,muy curiosa.
East Hastings (foto de www.facbrunette.com) |
Dejamos el coche sin problemas, y llegamos al International Hostel, un hostal en pleno centro en la calle Grandville que es el centro neurálgico de divertimento y ocio de la ciudad. Así que una vez acomodados,(en una habitación que no está mal del todo pero con un toque rancio con la moqueta, la colcha y otros) damos un paseo y enseguida encontramos THE MOOSE un bar de los que nos gustan. Buena música, cervezas variadas, y un camarero que se nos mete en el bote en dos minutos.
Nos hace la pregunta del millón ¿de dónde sois? Y en seguida nos recomienda garitos y nos desrecomienda la visita por la calle Hastings, que ya conociamos. Comemos unas albóndigas de reno con teriyaki buenísimas y nos echamos alguna que otra cerveza más, previa prueba de las mismas. Pagamos con la firme intención de volver salimos en busca de otra sacristía.
DIA 6: VANCOUVER
El desayuno que es gratis está bastante bien, y nos echamos a la calle a andar. De camino al parque/isla de Stanley vemos el distrito de negocios con bloques de rascacielos acristalados que se reflejan unos en otros. Se deja atrás la parte más antigua con edificios de almacenes de principios de siglo de ladrillo rojo y otros al más puro estilo inglés.
La isla es un parque con tótems indios originales y bosques de rododendros y cedros gigantes, y praderas verdes perfectas. Observamos que los locales hacen mucho deporte todo el tiempo en bicicleta o patines o corriendo y no están gordos como sus vecinos americanos. Incluso yo misma haría footing o algo asi todos los días si viviera aquí, parece casi obligatorio. El paisaje y la propia ciudad invita a hacer ejercicio y al contrario que la primea de las imágenes que vimos de la ciudad esto es un Vancouver moderno, comprometido con el medio ambiente, limpio, con ciudadanos felices y orgullosos de su ciudad. Pero Hastings está ahí y es algo que nos sorprende por la calidad de vida que hay solo un par de calles mas allá. Parce que la droga ha hecho estragos, aunque el resto de los ciudadanos viva ajeno a su presencia con sus Maseratti, Ferrari, y otros lujos impagables. Si veis este video de youtube lo podeis comprobar como Vancouver de las olimpiadas de 2010 no es solo la ciudad moderna y cosmopolita que ostenta ser.( http://www.youtube.com/watch?v=VEXtIIKzoGs)
Comemos en un sitio recomendado en el que ha estado Steven Seagal o Ice Cube, venden unos perritos calientes con aderezos japoneses, y se llama JAPADOG esta bueno pero nada barato para variar.
Seguimos andando hasta GASTOWN, el barrio más antiguo de Vancouver donde se establecieron los primeros emigrantes y comerciantes creando un ambiente similar a Boston o barrios de Nueva York como el Soho o el Meatpacking District, la construcción de ladrillo cara vista rojo y escaleras de incendios exteriores al estilo de las pelis de gansters. La calle adoquinada con las plomadas de los barcos que venían de Europa y cómo no aquí también los modernos y los gayers han reformado la zona convirtiéndola en un lugar muy cool con bares, bistrós, y tiendas de moda carísimas. Los pioneros asiáticos constructores del Canadian Pacific quedan a un lado en Chinatown con sus colegas los walking deads.
Después de tantas horas andando nos tomamos una cervecita refrescante con la ya familiar pitcher con 4 vasos. Volvemos al MOOSE a cenar pero ya no está Mr. Bigotillo y ya no es lo mismo. No sé qué nos pasa pero terminamos tan cansados que para las 11h30 no podemos ni con las pestañas, así que nos tomamos una última cerveza en bar que tiene a un individuo tocando bongos al ritmo de la música tipo Ibiza, lo hace fatal y nos pone la cabeza como un bombo con lo que nos retiramos a nuestros aposentos después de más de 15 horas andando… que vida más dura la el turista
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