DIA 3: paseo y relax en Banff
Es nuestro Último dia en esta ciudad que tanto nos ha gustado y en lugar de conducir nos quedamos para ver el Fairmont Spring Hotel un castillo de estilo escocés de mas de 50 metros de alto en medio de un bosque entre montañas la estampa es curiosa sobre todo si el edificio es de 1900 y albergaba a más de 20.000 turistas en los años 30.
El sol zumba bien supongo por la altura, pero aun asi no faltamos a la nuestra costumbre del vermut de los domingos y nos echamos unos calamarcitos y unas cervecitas al sol. Como Dani dijo en una ocasión “si esto es guerra vengan tiros”.
Probandonos sombreros, menudas risas |
El dia trancurre sin más sobresaltos, y la tarde la pasamos en el jardín de la casa. El día que llegamos como era tarde, nos dejaron una nota en la puerta con mi nombre remitiéndonos a un sobre que habían dejado en el buzón en el que había una carta dándonos todo tipo de instrucciones y las llaves de la casa. Con lo cual pensamos que este país debe ser la mar de seguro, comparado con el nuestro en que la gente se vuelve loca poniendo verjas y alarmas de todo tipo. En este b&b trabajan varias personas, pero esta tarde parece que no hay nadie, porque han llegado unos matrimonios que no consiguen entrar ni contactar con la dueña. Les abrimos la puerta ya que querían llamar a la policía para dar cuenta del incidente, llaman a un número de emergencias, y descubrimos que la encargada estaba echando una cabezadita en la habitación nº6, esta misma individua es la que vimos el primer día y a juzgar por el olor a alcohol que desprendía estaba algo beoda. El pobre hombre incluso llegó a pensar que le había pasado la tarjeta dos veces!!!
Para nuestra ultima noche elegimos el Magpie and Co. Una cantina mejicana que nos pone las margaritas en unos tarros de conserva muy curiosos.
DIA 4: CRUZANDO LAS ROCOSAS
Nos espera un largo camino de casi 10 horas a Vancouver asi que lo partimos en dos jornadas. Antes de dejar la zona salimos por la Bow Valley Parkway para probar suerte por si vemos algún animal. Y bingo!!! Primero un reno gigantesco comiendo florecillas en la cuneta. Nos bajamos del coche pero enseguida nos abordan los guardas del parque y nos hacen meternos en el coche por si acaso. La verdad es que es precioso con una cornamenta aun con pelo y una tranquilidad pasmosa. Pero eso no es lo mejor vemos una señal bastante curiosa que dice “CUIDADO OSOS POR LA CARRETERA” y al doblar la curva nos topamos con un montón de coche y gente dentro haciendo fotos. Era un oso a escasos metros de nuestro coche, no es excesivamente grande pero impone igualmente aunque no parece que le molestemos demasiado, está comiendo y al final cruza la carretera torpemente y desaparece. Mira por dónde y sin madrugar ni nada.
Con la satisfacción de haber cumplido nuestros objetivos hacemos unos 350km hasta SALMON ARM, un pueblo a orillas del lago SWAPS muy bonito para jubilarte pero sin vida alguna.
Buscamos un motel, nos hace ilusión dormir en este tipo de establecimientos tan americanos de pelis de asesinatos. Miramos un par de ellos y nos quedamos con el TRAVELOGE que a pesar de ser el más barato tiene piscina climatizada y jacuzzi, que por supuesto utilizamos.
En Canadá como en EE.UU las habitaciones cuentan con dos camas de 1,50 o más con lo que nos acomodamos los cuatro divinamente en la misma habitación. Pagando unos 140CAD que equivaldría a unos 100 euros los cuatro. No está mal para lo caro que es este país.
Motel en Salmon Arm |
No encontramos ni un bar y nos metemos en el pub de un hotel a probar por fin el salmón típico de este pueblo, que se llamo así por la cantidad de salmones que se cogían en estos ríos.
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