DE COMO EMPEZAR EN UN BALNEARIO Y TERMINAR EN UN HOSPITAL

¡Qué ilusión me hacía pasar este fin de semana en algún sitio bonito!

Tenía 3 dias de fiesta e incluso pensamos en ir a Italia, a Bologna, Venezia...pero vaya, era Carnaval y los hoteles escaseaban sospechosamente y solo daban disponibilidad los de a 300€ o así.

Abortamos la visita al pais del tio Berlousconi, y pensamos en algo más cercano. Alguien nos recomendó el Hotel-Balneario Monasterio de Boltaña y viendo que la oferta era estupenda alli nos presentamos en un Barceló 5* la mar de elegante y distinguido, no asi su clientela que estabamos todos por la generosa oferta de día laborable 2pax+spa+desayuno por 75€.
En definitiva una estancia muy recomendable para un fin de semana que no podía imaginar.
De ahí nos fuimos a Cerler, ya que habia estado nevando y se preveia, como dicen en la tv, un buen fin de semana para los amantes del deporte blanco.
Esquiamos todo el sábado;  impresionante la nieve, el sol, poca gente... unas patinadas por aquí, otra pista por allá, una cervecita en el Ampriú, un vermouth en Cota 2000...perfecto oiga, qué fin de semana tan estupendo!
La verdad es que era un dia precioso, y como se suele decir seguro que viene alguien y lo jode!
Lucia el sol y yo como la Reina de las nieves bajaba surcando la pista, flamante con mi nueva cazadora naranja y cuando menos me lo esperaba en el maldito giro  hacia la derecha, se me clava el canto trasero de la tabla y.......zas en un vuelo de cabeza hacia atrás impactan con la mano girada mis 60 kilates + la velocidad del cuerpo(que no era mucha) y con la pendiente de la pista como agravante.

Como buena quejica que soy, sobre todo si estoy acompañada, grito y lloro como si me hubiera roto el mismo cráneo. Me asiste mi Alex de la guarda, y sin poder abrir los ojos del dolor me quita el guante y ya podemos augurar que nuestro maravilloso fin de semana ha tocado a su fin, pero con redoble incluido.
Una amable pister decide llamar a asistencia para que vengan a por mi, y entonces me invade el pundonor y el orgullo y aseguro que estoy bien , que controlo y que soy capaz de bajar yo solita.


esta no soy yo, pero esta es la camilla



 No me sirve de nada porque en menos de un minuto estaba metida en una camilla cubierta con un toldo naranja, amortajada como una momia y bajando con un pister esquiador que con mucho tacto me baja hasta la enfermería. Mira que las había visto veces, y jamas pensé que iba a ir dentro! La gente te observa con cara de pena, alguno te anima y te dice ¡ánimo que no ha sido nada!...que sabrán oye. Cómo es la raza humana es una mezcla de compasión y una avidez incontrolable por enterarnos de todo aunque no conozcamos de nada a la víctima.

De la camilla pasé a algo más glamuroso y  más digno a la moto de nieve.
1er diagnóstico; va! esto es un esguince tipo 1 que curas en una semana, vendaje , inyección y a casa.
Bueno, incluso llegué a pensar que me estaba quejando por nada, y entonces empiezan a atacarme pensamientos sobre mi trabajo, oh Dios! las evaluaciones en dos semanas, no puedo conducir, no puedo viajar,  es la derecha, no puedo comer....
Decidimos terminar la escapada fin de semana de spa y nieve en Urgencias de la Clínica Quirón de Zaragoza, con una espera de 3h para obtener mi

2º diagnóstico: Esguince? no hombre no, quién te ha dicho eso la radiografía muestra claramente una rotura de radio! tienes para un mes! baja laboral por 30 dias, escayola , dos inyecciones de nolotil y antinflamatorio y a casa.



Estacíon esquí Cerler: 1er diagnóstico



 El dolor a estas alturas se había hecho ya insoportable, cualquier postura resulta incómoda unido al mazazo de saber que tengo para un mes de baja. Desanimada, dolorida,  con la cara de pena y pelos de loca, llegamos por fin a casa a las 2pm.

Y es así de esta manera de cómo uno empieza el jueves un fin de semana de relax en un Hotel de lujo y termina en Urgencias del hospital, más jodida, menos contenta y   con un moratón en el culo de recuerdo de las inyecciones recibidas.

Mañana, la operación.