Como decía amanecimos pronto para desayunar bien, preparar las machinas y ataviarnos con las mejores galas retro...hay que decir que no es un atuendo muy favorecedor al menos para mi, aunque vi a algunas féminas que portaban el equipaje ciclista y la gorra con la visera para arriba con bastante acierto y glamour, porque guapas guapas ....no estábamos. Aunque los que me conocéis ya sabéis que siempre digo que no hay que ir fea ni a coger peras o vendimiar.El equipo: Israel, no había otro joven tan guapo con el maillot auténtico del Reynolds, con el que Perico ganó la Vuelta España hace 30 años, JM el cuñao perfecta armonía italiana, negro y bandera de Italia en maillot, bicicleta espectacular e incluso visera; mi padre como entrenador deportivo y jefe de filas. El Sr Yangüela tampoco no se había puesto cualquier cosa, a conjunto con la bicicleta el maillot verde de lana adornado con nuestra bandera de la Rioja para 'marcar territorio'.
Era un día especial para la Colnago por fin tendría su homenaje, todos la miraban, y todos la piropeaban, mi padre creo que ni siquiera era consciente de la joyita que tenía. La participantes se apresuraban en meter kilos de más a las ruedas para los caminos, tienen que estar como una piedra, decían los expertos.
Llegamos a la plaza al control de firmas y el speaker se iba fijando en las bicis preguntaba el año, y cada uno iba contando historias, los entendidos asentáis y aplaudían. Me hizo ilusión cuando unos señores aplaudieron al maillot de la Peña solera que llevaba, la verdad es que pensábamos encontrarnos a más compañeros de la Peña, aunque luego ya fueron apareciendo...
Encontramos a los primeros conocidos mis amigos de Logroño, Roberto que sufrió varias desgracias, con la bici de su abuelo Ernesto Garbaio. Estaba muy ilusionado en homenajearlo.
Estábamos nerviosos, decidimos ir a dejar los chubasqueros la mañana estaba fría, y con ello perdimos la primera salida de las 9 de la mañana. Salimos en equipo y con otros grupetos.
Como os decía teníamos bien estudiado el recorrido, pero sin salir de Cenicero vemos los primeros cambios, algo que la organización debería haber previsto, aunque sólo sea por información. Poco a poco íbamos quedándonos los que seríamos compañeros de viaje durante todo el recorrido. Primer camino a la derecha y comienza el espectáculo, un Sr con maillot verde casi de la edad de mi padre, me dice ¡Hala maja mete todo, que viene un repecho del 25%! No se sí lo era o no, pero empezamos a ver los primeros pies a tierra, dos subiditas muy exigentes que ya rompen del todo el pelotón, no veríamos a nuestro equipo hasta Laguardia!!
Los renglones perfectos del emparrado de las viñas contrastaba ya con el desorden de los colores de los maillots, que intentaban abrirse paso y esquivar baches y piedras.
El camino hacia la prueba especialmente dura, y eso que este primero hasta Baños no estaba mal. Llevábamos 10 km y aún on reconocíamos el terreno, pensamos que a lo mejor habría variado tanto que nos llevarían directos a Briones pero no!
La pareja de los maillot naranjas nos entorpecía en las subidas y decidimos quitárnoslos de encima, la señora tenía miedo en las bajadas, nos fuimos viendo todo el rato al igual que el Sr de 66 años a su ritmo lento avanzaba con paso lento pero firme, el del Raleigh amarillo que se bajaba de la bicicleta con mucha habilidad, mi padre se levantaba de la bici ligero y con bastante agilidad y dejaba tras de sí los comentarios que yo iba recogiendo, "joder tu padre como va! .
La pareja de barbudos de Bilbao y que fueron muy fotografiados, que entrarían algo después que nosotros en la meta
Los primeros pinchazos, reventones y averías no se hicieron esperar, un chico con una moto hacía de asistencia pero también se rompió la bomba que llevaba y dejamos de verlo. El Sr de 66, pincha a la entrada de Torremontalbo, el paisaje era ya impresionante, y dejaba maravillados a propios y extraños.
Mucha cortesía y compañerismo de los más veteranos, ellos eran los que ofrecían su colaboración, paramos unos cuantas veces, en los primeros km. Una pena que la organización no tuviera más apoyo con las averías, y muchos compañeros no tuvieran que dejar la carrera.
Cruzamos Torremontalbo y entramos en el camino que conocíamos a San Asensio, este estaba mucho peor, mucha grava y arena, y de nuevo los expertos consejos de los veteranos nos llegaban a los novatos, en las cuestas si hay gravilla no te levantes que página la rueda y en la arena intenta ir más ágil para que no se entierre.
Entrada triunfal en San Asensio y con las dudas de sí podríamos llegar hasta arriba nos reciben con los primeros aplausos que nos dan alas para subir el importante repecho hasta la plaza. Un grupo de mujeres con bata de guatine nos aplauden con afán !aúpa las mujeres! Gritaban, y es que no éramos muchas... Incluso ofrecen clarete pero no está el horno para bollos.
Cuando parece que coronamos en la plaza, se vuelve a recrudecer la marcha, subida muy larga y conseguimos llegar sin parar, de momento estamos contentos.
Conocemos a unos chicos de Barcelona, con los que vamos toda la primera parte de la carrera, tienen
una empresa de paseos turísticos, Venir Vidi Bici. La conversación, el paisaje y los primeros rayos de
sol, menos mal que estaba nublado....nos preparan para el primer avituallamiento de Briones.
Pero antes la organización nos reserva una de las peores dificultades de la prueba, una bajada larga de las 500 m y bastante desnivel con grava y piedra que la hace impracticable.
Vemos ya San Vicente a lo lejos, los chicos de Barcelona están impresionados con el paisaje y es que la verdad es que nuestra tierra parecía haberse puesto de gala, el verde de las vides, la tierra rojiza, la sierra de fondo y ahora ya el cielo azul.
El primer Sello en la bodega de los vecinos fue bonita muy bonita, mi madre esperaba con las pilas
bien cargadas para animarnos, joder parecía la meta y sólo llevábamos 30 km!!
Iniciamos la subida a San Vicente de la Sonsierra después de cruzar el puente romano, !esta es la Eroica! con una subida imponente hasta la Iglesia-fortaleza Santa Maria la Mayor, calzada adoquinada de a uno. En un giro a la dcha me encuentro a mi familia redirigiendo a los sufridos ciclistas que vamos con la lengua fuera y es que la señalización es bastante mala. A pesar de los ánimos de mi madre tengo que bajarme de la bicicleta por el desnivel y el empedrado, no soy la única, de hecho son los menos los que llegan montados. Sello fantasma y avituallamiento líquido arriba y a seguir. No tendríamos más agua ni controles hasta Laguardia algo que debería remediarse para años próximos.
Un poco de tregua y de asfalto nos da alas, pero enseguida el terreno ya en tierras alavesas se convierte en un sube y baja que dominará el recorrido hasta Laguardia. La carretera que une San Vicente y Baños es espectacular, con Davalillo a la izda surcamos mares de viñas salpicados con los curiosos guardaviñas, provocan las preguntas entre los visitantes. Mi padre además de ciclista agricultor va dando las pertinentes explicaciones. Disfruto por partida doble!!
A partir de aquí empezamos a sentir ya el cansancio y sobre todo el calor. Las señales están muy escondidas y hay gente que se salta los desvíos por los caminos, decidimos seguir las indicaciones y no coger atajos. De repente y cuando ya llegábamos al pueblo de Ricardo, a Mañeru, giro brusco a la izda que no permite anticipar cambios en los desarrollos, pie a tierra de nuevo, por parte de casi todos. Nos encontramos con los portugueses, hacen la media y el sube bastante bien. Nos tomamos el power gel pero es muy pringoso, y dulce, nos limpiamos con hojas de las viñas, ya no tenemos agua.
En Baños llenamos los botes en la fuente ya hace muchísimo calor. Vuelve el asfalto por poco tiempo pero los caminos están en mejores condiciones en casa de los vecinos alaveses. Dejamos Villabuena y afrontamos una subida importante y larga de unos cuantos km, la chica portuguesa me dice ve despacio, y así subes todo lo que te propongas. Nos llegan noticias de los chicos ya están en Laguardia, de nuevo y ya culminada la subida, encontramos nuestro coche de apoyo, agua y acquarius además de un plátano que lleva desde esta mañana en mi bolsillo. Es ya la 1 de la tarde o más.
Vemos la señal de 50 km ya no queda nada, nos lo empezamos a creer, pero sabíamos la dureza de la llegada a Laguardia. Una señal anuncia peligro, y se ve el pueblo de Navaridas al fondo. Mi padre no se baja, pero yo no lo veo claro.
Conocíamos la subida a Navaridas pero los km ya hacen mella, y empezamos a reconocer que ya cuesta. En el pueblo nos aplauden y se agradece. Paramos con un grupo con maillot del Kas que reconocen a mi padre. Estando en la sombra aparecen 4 ciclistas con mejor planta de los que en ese momento me acompañan, y resulta ser el gran Perico Delgado, madre mía pasan a toda velocidad!! Pero claro nosotros nunca fuimos profesionales ni ganamos la Vuelta.
Ánimo ya se ve al fondo y muy arriba el siguiente control, pero aún queda Páganos, aquí ya las fuerzas están menguadas y ya vemos que la subida a Laguardia la haríamos a pie. En este tramo echo de menos ya a los compañeros de viaje, la gente va muy desperdigada, se pierden unos por la carretera otros por el camino. Mi padre calcula que podremos llegar para las 3.
No lo pensamos, ni nosotros ni los demás, la subida será más de un km muy empinada y con las piernas ya blanditas, buscamos la sombra, y vemos algún valiente un italiano sube enseñando los dientes del esfuerzo. Al doblar la calle ya oímos a mi madre que nos grita desde arriba y nos dice que aún esta Perico. Pero no llegamos a verlo y nos quedamos sin el souvenir, sin foto.
Nos montamos en el último km porque nos queda pundonor y algo de fuerza para coronar, además tenemos a la afición esperando.
Esta parada tiene fruta, bizcocho, sólido, gatorades y zumos, ya era hora desde las 7 que habíamos desayunado aunque la verdad no tenemos hambre solo sed!!la gente se queja de que los controles están muy lejos unos de otros y debería haber más puestos con agua.
Lo que queda es ya un paseo triunfal, la señal de los 60 km a la salida de Laguardia, volvemos a ver a los barbudos y a los del Kas. Pero aún quedan sorpresas, desde luego no hay sólo 3 km de Laguardia a Cenicero, más camino y mucho polvo. Vamos los 4 juntos y a mi me parece mentira que vayamos a terminar, mi madre siempre dice que tengo mucha fuerza de voluntad pero esto no lo había hecho nunca!!
Aparece el coche escoba de Viña Tondonia y nos brinda unas fotos bien chulas, con la camarita de Raquel @octubre4 (nuestra fotógrafa oficial).
Llegada peligrosa a Elciego, la bajada encementada con cortes provoca caídas, el amigo de mi padre del Kas rueda por el suelo, lo veo por el rabillo del ojo. Mi equipo baja montado pero yo bajo a pie.
Paso por Elciego con la bodega Marqués de Riscal como testigo de excepción, brillan las láminas color vino con el sol de las 2 y pico de la tarde.
La bajada se agradece como el piso asfaltado de la carretera, y parece que volemos hasta la meta. Yo me preguntaba como sería, había soñado mucho con este momento.
Ay Dios, cuando ya vemos Cenicero al fondo, giro a ala izda y última subida, después de 70 km, pero con ese amor propio del que habla mi madre la subo apretando bien los dientes. Hay compañeros que pasan del camino ya no tienen más tubulares. Cruzamos las vías del tren una escena con paisaje digno de revista, pero sólo queremos llegar.
Una recta, una familia aplaudiendo auguran ya nuestra entrada,.Bodegas Riojanas a la derecha, esta zona la conocemos bien.
Enfilamos el puente los cuatro en paralelo, la gente en el Olano se afana en aplaudir y animar, el que pudo levanta las manos al estilo Contador. El cansancio ya no importaba, ni los caminos, ni los tubulares...la emoción de la llegada y la satisfacción del trabajo bei. hecho se nos nota en la cara. Para mi especialmente emocionante entrar con mi padre en la meta, mucho. Ha sido nuestro Tour particular, nuestra Eroica, y estamos muy contentos con ganas de volver el año que viene o quien sabe quizá y por que no, ir a la Toscana.
Comentarios
Publicar un comentario