Me acosté inusualmente pronto para ser sábado, nada de ir a la Calle Laurel ni de vinos, cañas o gintonics, había que dar la talla en el gran día. Me acosté nerviosa, pero confiada de que lograría completar el recorrido con más o menos dificultad.
Nos levantamos a las 7 para preparar las bicicletas, mi padre volvía a revisar las maquinas cuidadosamente tal y como llevaba haciéndolo durante estos últimos meses. Pero todo empezó mucho antes.... La ilusión sobre todo era suya, quería volver a montarse en su preciosa Colnago de los 70 (comprada a su amigo Jesús en los 80, para sustituir a aquella Zeus blanca) que llevaba colgada en casa más de 20 años y probar si a una semana de cumplir 73 años, aún podría hacer con éxito el recorrido de L'eroica. Nos enteramos allá por enero de que se celebraría en Cenicero y era nuestra gran oportunidad, mi primo Isra y mi cuñao Jose Manuel también se apuntaban y ahí fue donde yo de repente me vi inscrita y metida en este fregao.
Mi padre quería que le acompañara y yo aunque en un principio no confiaba en mi forma física para estas lides ciclistas me fui animando, con el firme propósito de sobre todo no defraudar a mi padre.
Siempre le ha gustado el ciclismo, estuvo años con la Peña Solera de Logroño, haciendo recorridos por La Rioja y alrededores y cuando entrenaban para hacer el camino de Santiago sufrió el temido 'crujido' y ahí más o menos acabó todo. Seguimos con afición durante años las etapas del tour de Francia con viajes al Tourmalet, Aubisque, Aspin, Andorra... en la época en la que Induráin era gregario de Perico!! Vimos a Induráin ganar los 5 tours, y después la bici quedó para paseos esporádicos en verano eso si en la cómoda mountain bike.
Así que L'eroica vendría como anillo al dedo para desempolvar la bici ya clásica, los recuerdos, los maillots de lana y sobre todo la ilusión.
Empezamos con la puesta a punto de las bicis, tubulares nuevos, limpieza, frenos, poca dedicación para una Colnago como la de mi padre pintada en verde en honor a La Rioja, con bielas especiales , plato grabado de Ernesto Colnago, tija con los colores italianos rojo blanco y verde...todo original, pero con desarrollos de los de antes y sillín de cuero bonito pero de los que dejan huella. La mía prestada por Macato (cito y agradezco) sufrió alguna modificación para ajustarse al reglamento, cables de freno por fuera del manillar, sillín de la época, cinta nueva, manetas antiguas compradas para la ocasión etc...
Y así empezamos a entrenar subida y bajada a Medrano, Sojuela Islallana, los ciclistas de carretera con sus flamantes bicis de carbono casi nos miraban por encima del hombro al vernos. Madre mía solo
eran 38 km y era lo máximo que yo había corrido en mi vida;
¿cómo iba a aguantar los en un principio 58 de la Eroica? Las voces amigas decían ¡va chica si eso no es nada!, ¿como no lo vas a hacer? "en dos horas o tres terminao!"y cómo me acordé de ellos el día de la carrera....
Mi padre estudiaba cuidadosamente los recorridos, los caminos, las entradas y salidas de los pueblos, el estado del firme las subidas...total para que al final se cambiara el día anterior.Pero el confiaba en que lo podríamos hacer, la estrategia: dejar a los jóvenes que tiraran a su ritmo y el iría conmigo que soy la más lenta.Me propuse entrenar en el gimnasio 3 horas a la semana más los fines de semana por carretera, no todos. Mi padre me iba enseñando a cambiar, a anticiparme a meter el plato pequeño (mi gran secreto el día de la prueba...), y poco a poco fuimos cogiendo callo en el 'culo' parte importantisima en este deporte.
Inexorablemente llegó el fin de semana de la Eroica. Todo preparado sacamos del baúl de los recuerdos los maillots de lana, el del Reynolds, el de la Peña Solera, las gorras de Fagor, del Kas, los culottes Campagnolo sin relleno!!!! y los botes del Kas, además de una chichonera prestada y venida desde Barcelona gracias al primo Jordi. Jose Manuel fue haciendo acopio por internet de
bicicleta, maillot y gorra todo a conjunto negro y con la bandera italiana, estaba guapísimo!
El sábado fuimos a ver el ambiente, no mucho la verdad a juzgar por las fotos de otras ediciones en Italia o Inglaterra, puestos de componentes, y piezas vintage, el pregón de Perico Delgado y Luciano Berrutti, exposiciones y recogida de dorsales: 266, 268 y 270 ya no había vuelta atrás.
Aunque haya pasado un tiempo del 2015 y es ahora cuando os he leído, sin saberlo me transportasteis a mi Colnago Azul, con componentes Campanolo Super Record . Tengo 77 años, hace unos tres años, del trastero me robaron mi Colnago, me supo muy mal. Os admiro, nada mas os lo quería decir. jrrof
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