La verdad es que si pienso en Vientiane la experiencia de conocer a la familia de Sourichan es lo que me viene a la cabeza. El día que nos quedaba lo dedicamos a hacer algunas compras (pocas, mucho más en Luang Prabang) pasear y volver al hotel justo a tiempo para no tener que volver nadando. El monzón azotaba con ganas y llovía a mares. Nos aventuramos a salir para cenar y casi fue la peor experiencia culinaria de Laos, sin alternativa tuvimos que entrar en un restaurante vietnamita "Little Hanoi", y son exceptuamos el Pho, lo demás era de lo más justito tirando a malo.
La verdad es que esta vez Lonely Planet me ha decepcionado un poco: bares o tiendas ya cerrados (Naked Expresso, Makphet ...) a pesar de haber encontrado una guía actualizada, o restaurantes como este que aparecen como destacados pero que para nada son reseñables.
Eso si de vuelta al hotel pudimos descubrir bares de lo más moderno (ATMO, La Cage du Coq, etc) dónde parecía mentira que estuviésemos tan lejos de occidente. Muchos expats, y buen ambiente, nos dejan un buen gusto de boca para poder volver algún día. De llegada al hotel conocemos a una pareja de Madrid que acaban de llegar al aeropuerto y los pobres se encuentran con el temido monzón más las horas de viaje. Como expertos ya en estos asuntos y con una conversación bien animada sobre qué hacer y no hacer en Laos, nos tomarnos unas cervezas para poder aconsejar de aciertos y errores ya que nuestro viaje en Laos terminaba y el suyo comenzaba.
Hemos contratado con el hotel el servicio de taxi al aeropuerto porque visto el tráfico y la dificultad de encontrar un taxi en la calle del hotel nos preocupa de cara a coger el vuelo a Camboya.
Pues un error, nos costó menos de 10 mn y pagamos 10$ es decir podíamos haber ido por menos seguramente.
El aeropuerto está en fase de ampliación y reforma así que no hay gran cosa, es más bien pequeño y no encuentras apenas tiendas ni cafés o restaurantes, algo a tener en cuenta dependiendo del tiempo que se vaya a pasar allí.
El paso de la aduana e inmigración muy rápido y sin problemas con pasaportes o maletas. Embarcamos con Vietnam Airlines estos viejos amigos que nos atienden estupendamente y nos dan una comida estupenda a bordo.
Aproximándonos a Phom Pen, observo por la ventanilla como todo se ve inundado, los ríos parecen desbordados y por un momento me entran los mil miedos pensando en la semana vista que nos queda en Camboya, por no hablar de la 'bestia negra' del tiempo que hará en nuestros días en la playa camboyana. De cualquier modo no hay que usar por alto que se trata del Mekong!
El hotel de Phom Pen nos ofrece recogernos en el aeropuerto lo que nos parece una gran idea a estas alturas de viaje. Para nuestra desdicha nadie aparece con el cartelito con nuestro nombre, con lo que me gusta..., desde aquella ya lejana vez que nos ocurrió en Hanoi en 2007.
Esperamos un buen rato y como nadie nos reclama decidimos coger un tuk-tuk. El viaje es una auténtica locura, coches por todos los lados, humo, ruido, obras...el corazón en un puño y pensé que no volvería por nada del mundo en volver al aeropuerto en tuk-tuk, ni por 8$ ni por 5$...pero eso sería dentro de una semana...
El hotel nos había costado elegirlo, nos apetecía ese tipo de hotel pequeño que ofrece un trato mas familiar , de los buenos gustan vaya.. Un Pipelli Pensione como en Siem Reap, un Faro del Colibrí (Bocas del Toro) Chilli rooms en Ubud...y llegamos parar a este Manor House.
Un lugar perfecto con solo unas cuantas habitaciones (6?) mucho personal, lento... muy lento, pero super amables y serviciales. El dueño un australiano que vive como le gustaría a mi amiga Virginia en un hotelito de pocas habitaciones poniéndolo todo muy mono, con manteles que son Kharma el pañuelo de cuadros símbolo de Camboya, veletas por aquí coctel por allá. Un jardín tropical que es un oasis en la bulliciosa Phom Pen. La piscina todo un must en estos climas tropicales y si es con bar mejor aún.
Decidimos quedarnos tranquilamente a dormir y ya mañana solucionaremos el tema de llegar hasta Sihanoukville desde donde cogeremos el barco hasta las islas
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