Como manda ya la tradición este último día del año es un buen momento para echar la vista atrás y hacer balance. Siempre despido el año a modo de almanaque, ayuda a recordar aquellas cosas que no sabes muy bien si fueron este o el anterior y por lo tanto a hacer memoria. Pero hoy que como siempre vendrá el famoso Sr, de dos ojos seremos breves.
2014 se recodará sobre todo por las innumerables catástrofes aéreas que tanto me impresionan por ser destinos que habitualmente rondamos, y desafortunadamente también por la epidemia del ébola que al tocar Occidente por fin la tomamos en serio, por supuesto y por años ya consecutivos de grandes ladrones que ni siquiera nombraré y de las indecentes tarjetas black.
Pero seamos positivos, A nivel profesional grandes avances al menos en casa, algo indudable. Y muchos acontecimientos sociales sobre todo una boda que nos hizo felices a muchos y disfrutar como hacia tiempo con todos amigos ( menos a los de Madrid, habrá que repetir...). Año de viajes inolvidables, desde la visita obligada a mi hermano a Londres, hasta la increíble semana que pasamos en una de las ciudades más bonitas que he conocido, Chicago. Como colofón Bali, el paraíso y el must de cualquier viajero, sin pasar por alto Java y sus volcanes....pero esa será mi siguiente historia para contar.
El 2014 prometía mucho más que lo que ha dado, pero si es cierto que esto llena de propósitos al 2015, antiguos sin cumplir y otros renovados
Ultimas horas del 2014, se acerca vertiginoso el año nuevo. Toca mirar hacia delante, hacia el 2015, pero sin olvidar todo lo ocurrido este año, que ha sido mucho.
Mi lema para el 2015, recordar que la vida es muy corta para vinos malos. Sean felices!
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